En
los últimos años han ido apareciendo, en el ámbito de la economía,
iniciativas que se enmarcan dentro de la corriente denominada relaciones
comerciales justas o simplemente comercio justo. Estas actuaciones se
suman a otros instrumentos que intentan paliar las importantes
diferencias que existen entre los países ricos y los pobres. La
diferencia fundamental con otros instrumentos de cooperación para el
desarrollo es que el comercio justo utiliza el mercado para conseguir su
objetivo principal. A diferencia de las empresas lucrativas no persigue
el beneficio económico sino un beneficio social y solidario.
El Comercio Justo es aquel que garantiza a los productores unas condiciones de producción y comerciales dignas, permitiéndoles que se conviertan verdaderamente en actores de su propio desarrollo.
El comercio justo es un modelo comercial que pone al centro los seres humanos y la sostenibilidad social, económica y ambiental de las sociedades; dignificando el trabajo, respetando el medio ambiente y fomentando una gestión responsable y sostenible de los recursos naturales.
PRINCIPIOS
- Trabaja con grupos de campesinos y artesanos del Sur en desventaja a causa de la pobreza, las prácticas discriminatorias y las restricciones comerciales.
- Promueve unas condiciones laborales dignas.
- Favorece la equidad de género.
- No admite la explotación laboral infantil.
- Crea oportunidades para mujeres, grupos étnicos o sociales, que sufren discriminación, explotación y otras situaciones injustas.
- Respeta el medio ambiente.
- Se basa en la transparencia y el funcionamiento democrático para beneficiar las necesidades básicas de las comunidades productoras y de los consumidores.
- Garantiza unos precios mínimos dignos a los productores, una colaboración comercial directa, regular y a largo plazo, así como el derecho a una prefinanciación. Todo esto ayuda a los productores a planificar sus proyectos de futuro.
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